George Stinney fue arrestado, declarado culpable de asesinato y ejecutado en 1944 durante un juicio exprés que sólo duró tres meses. |
George Stinney fue arrestado, encontrado culpable de asesinato y ejecutado en 1944, durante un proceso que duró tres meses y al que no tuvo derecho a apelar.
Jueza Carmen Mullen |
Las dos niñas, de 7 y 11 años, fueron salvajemente golpeadas en la cabeza con una barra de metal en el pueglo de Alcolu, en el condado de Clarendon, a unos kilómetros al sureste de Columbia, según las autoridades. Una docena de personas que buscaban los cuerpos los encontraron varias horas después de sus desapariciones.
Los investigadores arrestaron a George luego de que testigos lo vieron con las niñas cortando flores. El joven fue mantenido alejado de sus familiares luego de su arresto y las autoridades luego afirmaron que este confesó.
Pero quienes lo defendían dijeron que él sólo era un pequeño joven asustado que podría decir lo que las autoridades quisieran. Además, afirmaron que no existía evidencia física que lo vinculara a las mujeres.
Sus verdugos hicieron notar que la silla eléctrica era demasiado grande para el joven, y que uno de los electrodos era demasiado grande para una de sus piernas.
Durante dos días de testimonio en enero pasado, Mullen escuchó las declaraciones de un hermano del joven ejecutado y de sus hermanas, de alguien involucrado en la búsqueda de las niñas y de expertos que cuestionaron el resultado de la autopsia y la confesión de George. La mayoría de la evidencia recabada durante el juicio original se perdió y casi todos los testigos ya han muerto.
El caso de George es un ejemplo para algunos sobre cómo se administraba la justicia a las personas afroamericanas por jueces, fiscales y jurados que eran siempre blancos.
En el fallo de la jueza también se recuerda el caso de 1931 donde nueve jóvenes afroamericanos fueron acusados de violar a dos mujeres blancas. Ocho de ellos fueron sentenciados a la pena capital.
Las sentencias fueron retiradas antes de que los jóvenes llegaran a la cámara de la muerte luego de una apelación, algo que no ocurrió en el caso de Stinney.
Fuente: Excelsior.com
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